martes, 1 de diciembre de 2009

A Mariña sigue sin infraestructuras y dotaciones mil veces prometidas

La Voz de Galicia, confirma que sin nacionalistas beligerantes, la infraestructuras no llegan. Se necesita un "Ibarretxe" galego.

El corredor Barreiros-Ferrol se atrasa diez años, del gasoducto nada se sabe, el puerto de San Cibrao continúa desaprovechado, no hay bomberos y el hospital sigue igual
«Discriminación, deuda histórica, abandono... Si gobernamos, nosotros sí lo haremos...». Políticos de todos los colores y partidos se saben de memoria el discurso, llevan años repitiéndolo. Más veces, incluso, que esos reiterados incumplimientos que nunca mentan y siempre intentan justificar. Compromisos pendientes desde hace años continúan lastrando el desarrollo de A Mariña, cuyo potencial de crecimiento ralentizan decisiones políticas. Si los tres principales partidos de Galicia han sabido unirse en una «causa de país», como la fusión de las cajas de ahorros, cada vez más voces echan de menos que los políticos de A Mariña se alíen para que las instituciones en las que se turnan no demoren más el cumplimiento de promesas mil veces repetidas.
Colectivos ciudadanos, organizaciones empresariales, sindicatos y políticos comparten opiniones y reivindicaciones en cuestiones que, pese a la unanimidad, continúan siendo las grandes asignaturas pendientes. Por sus repercusiones económicas, sobresalen el corredor Barreiros-San Cibrao, compensación al desvío de una Transcantábrica que en A Mariña continúa atascada, el gasoducto o el legítimo intento de que los beneficios del puerto comercial de San Cibrao se queden en la provincia. Por lo que representan para la seguridad y la calidad de vida de los mariñanos, en el paquete de promesas incumplidas también entran el servicio profesional de bomberos o la ampliación del Hospital da Costa.
Las hemerotecas atestiguan una realidad que buena parte de los alrededor de 80.000 ciudadanos que viven los quince municipios del norte de la provincia. Los políticos suelen ser los primeros en abanderar reclamaciones y en comprometer soluciones que se demoran en el tiempo o nunca llegan. Aunque en las campañas electorales dicen que casi todo es posible, quienes buscan votos anunciando soluciones suelen aducir contratiempos variopintos cuando tienen oportunidad de ponerlas en práctica. No oculta su enojo cuando comprueba que, de lo que dijeron, otra vez nada de nada, pero la sociedad mariñana cree tanto en las movilizaciones como en los políticos