martes, 1 de diciembre de 2009

A Mariña sigue sin infraestructuras y dotaciones mil veces prometidas

La Voz de Galicia, confirma que sin nacionalistas beligerantes, la infraestructuras no llegan. Se necesita un "Ibarretxe" galego.

El corredor Barreiros-Ferrol se atrasa diez años, del gasoducto nada se sabe, el puerto de San Cibrao continúa desaprovechado, no hay bomberos y el hospital sigue igual
«Discriminación, deuda histórica, abandono... Si gobernamos, nosotros sí lo haremos...». Políticos de todos los colores y partidos se saben de memoria el discurso, llevan años repitiéndolo. Más veces, incluso, que esos reiterados incumplimientos que nunca mentan y siempre intentan justificar. Compromisos pendientes desde hace años continúan lastrando el desarrollo de A Mariña, cuyo potencial de crecimiento ralentizan decisiones políticas. Si los tres principales partidos de Galicia han sabido unirse en una «causa de país», como la fusión de las cajas de ahorros, cada vez más voces echan de menos que los políticos de A Mariña se alíen para que las instituciones en las que se turnan no demoren más el cumplimiento de promesas mil veces repetidas.
Colectivos ciudadanos, organizaciones empresariales, sindicatos y políticos comparten opiniones y reivindicaciones en cuestiones que, pese a la unanimidad, continúan siendo las grandes asignaturas pendientes. Por sus repercusiones económicas, sobresalen el corredor Barreiros-San Cibrao, compensación al desvío de una Transcantábrica que en A Mariña continúa atascada, el gasoducto o el legítimo intento de que los beneficios del puerto comercial de San Cibrao se queden en la provincia. Por lo que representan para la seguridad y la calidad de vida de los mariñanos, en el paquete de promesas incumplidas también entran el servicio profesional de bomberos o la ampliación del Hospital da Costa.
Las hemerotecas atestiguan una realidad que buena parte de los alrededor de 80.000 ciudadanos que viven los quince municipios del norte de la provincia. Los políticos suelen ser los primeros en abanderar reclamaciones y en comprometer soluciones que se demoran en el tiempo o nunca llegan. Aunque en las campañas electorales dicen que casi todo es posible, quienes buscan votos anunciando soluciones suelen aducir contratiempos variopintos cuando tienen oportunidad de ponerlas en práctica. No oculta su enojo cuando comprueba que, de lo que dijeron, otra vez nada de nada, pero la sociedad mariñana cree tanto en las movilizaciones como en los políticos

lunes, 2 de noviembre de 2009

La Xunta desbloqueará el urbanismo de Barreiros, paralizado en el 2006

La Voz de Galicia, nos da las claves de la próxima extinción de la penúltima costa gallega.
No aprenden....



El urbanismo en Barreiros podría salir de su parálisis a partir del próximo mes si se cumplen los pronósticos que ayer hizo el conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández. La construcción en Barreiros -paradigma del bum urbanístico en Galicia- está en coma desde el 15 de noviembre del 2006, cuando la Xunta retiró al Ayuntamiento la potestad para conceder licencias de obra e inició una batalla judicial para anular prácticamente todas las que había otorgado ese año. Pero ayer se anunció que se firmará un convenio para desbloquear la construcción.
La voluntad política está clara, si bien en un asunto tan complejo siguen quedando flecos. Por ejemplo, la Xunta exige que los promotores renuncien a reclamar responsabilidades patrimoniales por los perjuicios sufridos, ya que les pararon las obras cuando disponían de licencia del Ayuntamiento. Además, la medida no resolverá los problemas del núcleo urbano de San Bartolo, al estar en la franja costera de los 500 metros.
El cambio de criterio ha sido radical. Donde la anterior Consellería de Política Territorial, área del bipartito gestionada por el PSOE, veía una expansión desmesurada, insostenible, y flagrantes motivos para exigir al Concello de Barreiros la anulación de licencias, la actual Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas considera urgente dar vía libre a estas actuaciones y habla de «acometer solucións para o beneficio dos veciños desta vila da provincia de Lugo».
La solución alcanzada pasa por la elaboración de un plan sectorial de incidencia supramunicipal en cuatro poblaciones: San Cosme, San Pedro, San Miguel y Reinante. Su objetivo será dotar a estas zonas de los servicios precisos -aceras, calles, saneamientos, etcétera- para consolidarlas como núcleos urbanos, una condición que cuestionaba la anterior Xunta y que propició los contenciosos.
Por su parte, el Concello de Barreiros deberá actualizar el convenio que firmó con los promotores en el 2006 por el cual se comprometían a financiar una nueva red de agua valorada en más de 3 millones de euros, que por ahora no se ha iniciado. El Ayuntamiento se aseguró el proyecto mediante la firma de avales, pero no llegó a ejecutarlos a pesar de que muchos promotores no ingresaron la cantidad que les correspondía.
El Concello también tendrá que fijar en qué medida colaborarán los constructores en financiar el resto de los servicios. El convenio que se firmará en noviembre deberá garantizar -según la Xunta- la ejecución de las traídas de agua y saneamiento, la red viaria, el suministro de energía eléctrica y el alumbrado público de los núcleos urbanos de Barreiros. Los costearán Xunta, Concello y constructores. Además, la Diputación de Lugo será invitada a colaborar.
Por último, el convenio plasmará «as ferramentas de renuncia dos empresarios a calquera tipo de reclamación de responsabilidade patrimonial», según indicó la consellería. Este parece un aspecto clave, pues algunos promotores inmersos en juicios ya manifestaron en su día su propósito de solicitar una indemnización en el caso de que no les dejasen proseguir las obras. Y más si se tiene en cuenta que el plan no alcanzará a todas las licencias otorgadas, ya que queda fuera de su ámbito el núcleo urbano de San Bartolo, donde, por ejemplo, permanece paralizada cautelarmente por el juzgado una urbanización de chalés de lujo.

lunes, 7 de septiembre de 2009

La clase media siempre paga

No pretendo erigirme en portavoz de nadie, pero si me gustaría describir una realidad que puede ser común a bastantes personas en este país.
Según una carta que recibida de la Tesorería General de la Seguridad Social la semana pasada, a fecha del 7 de Julio, llevo 12 años, 5 meses y 13 días de cotizados. En todo este tiempo he pasado por diferentes niveles salariales, empezando por menores y manteniéndome, hasta ahora, en lo que la estadística califica como clase media.
Esta situación me ha permitido, con mucho esfuerzo, alcanzar una cierta capacidad de ahorro. También me permite realizar los gastos necesarios para la vida familiar e incluso pasar una semana de vacaciones fuera de mi domicilio habitual. Tengo dos hijos, de 6 y 4 años cada uno que estudian en un colegio público, en el cual también deben quedarse a comer y prorrogan su horario lectivo con actividades complementarias para poder ajustarse al horario laboral, tanto mío como de mi mujer. Hasta aquí todo es bastante común.
Mi reflexión viene por la repercusión de las medidas económicas y los limitados presupuestos de las diferentes administraciones.
Por una lado el Estado apelando a motivos solidarios, sube hasta un 20% el gravamen sobre mi esforzado ahorro. Además como el gasto interno de las familias decae, nos animan también a deshacernos de parte de ese capital, en pro de mover el mercado de la demanda interna.
La comunidad autónoma resulta que dedica menos recursos para cubrir las demandas de becas para libros y para comedor, por lo que a pesar de solicitar ambas, mis hijos se quedan fuera. El ayuntamiento de mi localidad, obligado por la situación de precariedad presupuestaria, sube las tasas que gravan servicios municipales como los deportivos, que por cierto gestionan empresas privadas, por lo que mantenemos al ayuntamiento y a sus acólitos.
En definitiva, la esforzada clase media siempre pasa por caja. Por cierto habrá que agradecer que no se graven las ganancias empresariales, en algunos tiempos desmesuradas, no vaya a ser que me expulsen de la “generosa” clase media.

domingo, 6 de septiembre de 2009

FENÓMENO | EL FILÓN DE LOS PRODUCTOS SIN GLUTEN

FENÓMENO | EL FILÓN DE LOS PRODUCTOS SIN GLUTEN
Celiacos, los nuevos reyes del supermercado

Han dejado de ser los grandes olvidados a la hora de comer: restaurantes, hoteles y cadenas de alimentación les miman fabricando productos y diseñando menús acordes a sus necesidades. Unos 45.ooo españoles son celiacos, aunque puede haber hasta 400.000 sin diagnosticar. Su dolencia les obliga a consumir alimentos libres de gluten, tradicionalmemás caros y escasos. Este colectivo y sus familias mueven 200 millones de euros anuales.

Por MARÍA CORISCO. Fotografía de LUIS DE LAS ALAS


No son un colectivo especialmente numeroso, pero sí muy guerrero. Tanto, que están reclutando para su causa no sólo a la industria de la alimentación, sino también a hoteles, restaurantes, grandes y pequeñas superficies, cadenas de fast food y todo aquel establecimiento que venda, prepare u ofrezca algo de comer; de ser casi invisibles, han llegado a mover anualmente más de 200 millones de euros.

Son los celiacos, unos 45.000 en España –aunque se estima que puede haber más de 400.000 sin diagnosticar– y su caballo de batalla es conseguir que alimentarse, dentro y fuera de casa, deje de ser una carrera de obstáculos. Porque su enfermedad les provoca una intolerancia permanente al gluten –una proteína presente en el trigo, la cebada, el centeno y, posiblemente, también en la avena–, y el único tratamiento es seguir de por vida una estricta dieta.

Y esta dieta mueve mucho dinero: la cesta de la compra anual de un celiaco es 1.400 euros más cara que la de una persona que no lo es, lo que suma cada año 63 millones de euros. Si a esto le añadimos que familia, amigos y compañeros de personas afectadas eligen restaurantes, hoteles y demás sitios de ocio en función de las facilidades que ofrezcan para comer sin gluten, y tenemos en cuenta que –según datos del INE– el gasto medio por hogar para estas partidas es de 3.255 euros anuales, el ocio de los celiacos y sus allegados mueve al año cerca de 150 millones.

Pero las posibilidades de negocio en torno a esta dolencia han empezado a desarrollarse recientemente. Hasta hace unos pocos años, los celiacos eran unos completos desconocidos. Sólo quienes tenían en su entorno a uno sabían lo complicado que resultaba comprar o ir a un restaurante.

Isabel Tocino, primera ministra de Medio Ambiente en 1996, recuerda bien aquellos años. A su hija Ximena, que hoy tiene ya 33 años, le diagnosticaron la celiaquía a los pocos meses de nacer. En aquella época, recuerda en su libro, Tu hija es celiaca (Ed. La Esfera de los Libros), "no existía el etiquetado que hoy encontramos en todos los artículos, por lo que era imposible detectar la composición de los alimentos que estábamos comprando".

Eso le llevó a constituir la Asociación Celiaca y a emprender periódicamente el peregrinaje a un laboratorio de Majadahonda a fin de que fueran analizando los ingredientes de los alimentos más básicos y comprobar si contenían o no gluten. Con esos resultados, más la ayuda de las principales casas de alimentación a las que se dirigió, consiguió elaborar "una primera lista muy rudimentaria de alimentos sin gluten. Recuerdo que la confeccioné en mi casa con mi máquina de escribir. La titulé Listado de productos aptos para celiacos, y se actualizaba cada cierto tiempo".

Esto ocurría hace tres décadas. Aquel primer listado –germen de lo que hoy es la principal ayuda para los enfermos celíacos– engloba hoy, explica Marta Teruel, gerente de la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE), "más de 7.500 productos, y este año probablemente lleguemos a los 8.000. Tenemos mucha demanda de industrias que nunca habían aparecido en este listado y que quieren informar que sus productos no tienen gluten".

De estos 8.000 productos, alrededor de la cuarta parte son alimentos específicos para celiacos, es decir, vienen a sustituir a los alimentos elaborados con cereales tipo trigo, centeno, avena o cebada. Por ejemplo, magdalenas, panes, galletas, pastas… Productos que antes eran muy complicados de encontrar en España –Isabel Tocino recuerda que los importaba de otros países– y que hoy están en cualquier supermercado.

"Ahora en España hay unas 100 empresas que se dedican exclusivamente a elaborar alimentos específicos para celiacos, y hemos otorgado nuestra marca de garantía a 1.830 de sus productos –explica Marta Teruel–. Es decir, vivir del celiaco da dinero". Sobre todo, si tenemos en cuenta el elevado precio de estos productos, que en algunos casos son cinco veces más caros que sus equivalentes con gluten. De ahí que la FACE haya estimado que a los celiacos su compra le cuesta al año 1.400 euros más.

CONTAMINACIÓN. Eso en lo que se refiere a productos específicos, pero el problema es que alimentos que no deberían llevar gluten –embutidos, quesos fundidos, frutos secos tostados con sal, conservas de carnes o pescado, chucherías…– sí lo incorporan, bien porque hay una contaminación cruzada, bien porque, para lograr una mejor textura, se les añaden excipientes nocivos para los celiacos. Y ello les obliga a ir al súper con la lista de artículos seguros.

Pero las cosas están cambiando y, si hace unos años era el afectado el que debía indagar qué alimentos podía ingerir, hoy es la industria la que se aproxima a ellos. Así, en 2007 se publicaron 6.170 productos autorizados, y este año serán 8.000. Respecto a los específicos para celiacos, entonces había 1.132 productos con marca de garantía, frente a los 1.800 que la tendrán este año.

¿Razones para este incremento? Marta Teruel apunta a un "examen de conciencia por parte de la industria. Si ven que sus productos no tienen gluten, quieren que se sepa". Pero también hay una visión estratégica de negocio. No sólo por la percepción social de que cada vez hay más afectados –fundamentalmente, debido a que cada vez se diagnostica antes y mejor– y, en consecuencia, más clientes potenciales, sino por el convencimiento de que, en sus compras, el celiaco arrastra también a su familia. Jon Zabara Bezares, presidente de FACE Joven y celiaco desde los 19 años, lo resume así en el libro Celiacos famosos (Ed. LoQueNoExiste): "Mi madre decía: 'Si el niño puede comer de eso, se compra para todos y ya está'".

PENSAR EN NOSOTROS. "Existe una gran fidelización hacia las marcas y tiendas que nos ayudan –corrobora Fátima Uribarri, madre de una niña celiaca de 14 años–. Si ves que los productos están bien etiquetados, que te facilitan la compra, que piensan en nosotros, les premias comprando en sus establecimientos o adquiriendo otros artículos de sus marcas. Así, durante años, Mercadona ha sido el paraíso".

Efectivamente, Mercadona fue la primera cadena de supermercados que inició una política en este sentido. Quizá alentada– un rumor negado por los responsables de la empresa– porque uno de los hijos o nietos del presidente, Juan Roig, padecería esta enfermedad.

Clara Medina, responsable de productos sin gluten en la División de Laboratorio de Mercadona, señala que "en 2000 empezamos a detectar un incremento en las peticiones para incluir en nuestro surtido productos aptos para celiacos, porque era una necesidad que no veían cubierta. Y empezamos a trabajar para eliminar o sustituir el gluten donde fuera posible. Además, hemos realizado un gran esfuerzo para facilitar su identificación en nuestros lineales. Hoy disponemos de unos 700 artículos sin gluten repartidos en todas las categorías y fácilmente identificables".

Visto su éxito, la competencia ha seguido sus pasos. Como explica la gerente de FACE, «las grandes superficies están creando marcas blancas con la marca de garantía para los productos específicos y, para los convencionales, están metiendo la coletilla sin gluten. Esto permite que se abarate la compra para los celiacos». Así, desde Carrefour explican que disponen de 152 productos en el listado de la FACE y hacen énfasis en los precios: "Como media, un celiaco gasta un 500% más al comprar productos especiales. Carrefour Sin Gluten ofrece alimentos de primera calidad, de un 15% a un 20% más baratos".

Así, la guerra de precios, afortunadamente, ha llegado también a los alimentos sin gluten. Pero hay mucho más negocio en torno a la celiaquía. Ya no se trata sólo de la cesta de la compra, sino de la vida fuera de casa. "Antes no podía ir de vacaciones a un hotel, porque no tenía garantías de que mi hijo pudiera comer allí –explica Miguel Ángel Fernández, padre de un niño celiaco de 8 años–. Y nos íbamos a un apartamento cargados con toda la compra. Hoy hay hoteles en los que ofrecen desayunos y menús sin gluten, y es a los que vamos. Y no sólo nosotros, sino también los amigos con los que compartimos vacaciones. Lo mismo ocurre con bares y restaurantes".

Los primeros fueron Paradores de Turismo. David Massip Bonet, director general de Explotación, apunta: "Nuestra oferta gastronómica para celiacos arrancó en 2005 con la firma de un convenio con FACE para formar a personal de cocina y comedor que atendiera a este colectivo".

¿Resultados? Paradores sirve, anualmente, alrededor de 4.000 cubiertos para celiacos, "número que va en aumento en la medida en que se va conociendo más nuestra oferta. Por otra parte, se estima que unas 10.000 personas podrían acudir cada año a Paradores influidos, en gran medida, por este menú. Pero nuestro objetivo no es el lucro –de hecho, no es más caro–, sino ofrecer una atención adecuada a este colectivo".

MÁS ACUERDOS. Y, una vez más, tras los pioneros llegan los demás. Hace un año se firmaba un acuerdo entre la cadena Sol Meliá y FACE. Y otras como Playa Senator, Garden Hotels o Riu Hoteles también se han sumado a la causa. Asimismo, y dado que la FACE proporciona a sus socios información acerca de los establecimientos que les ofrecen facilidades –información procedente de los propios socios, que comunican a sus asociaciones dónde se han sentido mejor tratados–, no es extraño que la sensibilización vaya aumentando.

Si eso ocurre con los hoteles, en mayor medida se da entre los restaurantes. Cadenas como Ikea, El Corte Inglés o Grupo Vips han incorporado platos especiales. Y Telepizza ha dado un paso más al crear pizzas sin gluten. "La imagen de un cumpleaños en el que aparecía la madre del niño celiaco con su merienda aparte fue determinante para que nos decidiéramos a hacer algo", señala Ignacio Martínez, director de calidad e I+D de la cadena. Así, hace dos años y medio empezaron, en colaboración con la FACE, el desarrollo de un producto libre de gluten, que están implantando progresivamente en sus tiendas (ya se ofrece en 115 de ellas). "Aún no tenemos cálculos de lo que nos supone en términos económicos. Una pizza de éstas es más cara que una normal, pero la servimos al mismo precio porque no vamos tanto al beneficio puro y duro, sino al valor añadido que nos da como marca".

¿Solidaridad, sensibilización o visión de negocio? De todo un poco, aunque eso es lo de menos para este colectivo tan guerrero que ha conseguido hacerse oír.



ENTREVISTA | ALINE GRIFFITH (Condesa de Romanones)
"Ser celiaca no es ninguna desgracia, es casi una bendición"

Ha sido modelo, espía y, desde hace décadas, es una de las más conocidas representantes de la alta sociedad española y nor_teamericana. Pero su menuda figura, forjada a lo largo de toda una vida de dieta y ejercicio, encerraba un secreto: esa dama, nacida para el glamour de banquetes, recepciones y fiestas, a menudo se veía atormentada por unas molestias intestinales cuyo origen era un enigma tanto para ella como para los médicos que la atendían. No descubrió lo que le ocurría hasta los 76 años, cuando, desesperada, acudió a la Clínica Mayo amenazando con no moverse de allí hasta que algún médico le diera un diagnóstico. Y el diagnóstico fue celiaquía. Diez años después, Aline Griffith, condesa de Romanones, explica cómo es su vida sin gluten.

P. ¿Cuándo comenzaron sus molestias?

R. Mi madre me comentó que, con 2 o 3 años, padecía de diarreas. Pero luego desaparecieron, y permanecí durante mucho tiempo asintomática. En la universidad recuerdo haber tenido molestias, pero nunca tuve dolores, sólo trastornos intestinales, y no me importunaban en exceso. Pero con 30 años, viviendo ya en España, los problemas volvieron, y cada vez con más fuerza.

P. ¿En ningún momento sospechó que pudiera ser celiaquía?

R. ¿Cómo lo iba a sospechar yo, cuando ni siquiera los médicos sabían que existía esa enfermedad? Estamos hablando de hace más de 50 años, y en aquel momento era desconocida. El caso es que empecé a ver a un médico tras otro, visité a los mejores especialistas en intestino, y todos me decían que no tenía nada.

P. ¿No le daban ninguna recomendación dietética?

R. Sí, sí: me decían que no debía tomar fruta ni verdura, ¡precisamente los alimentos que hoy sabemos que pueden comer las personas celiacas! El desconocimiento era absoluto, pero no me quejaré sólo de los médicos españoles: en Estados Unidos ocurría lo mismo…

P. ¿Tampoco allí supieron diagnosticarle?

R. Tampoco. Viví en América en los años 80, en la era Reagan. También viví allí parte de los 90. Cada vez me encontraba peor, y creo que fue por el cambio en la alimentación. En Estados Unidos tomaba cereales para desayunar, tan frecuentes allí, sin saber que estaban llenos de gluten y que me estaban haciendo daño.

P. Porque usted, en su día a día, solía hacer una dieta bastante libre de trigo…

R. Sí, pero no porque supiera que era nocivo para mí, sino porque… ¡no quería engordar! Nunca he tomado bebidas alcohólicas, no comía pan, ni bollería, ni hidratos de carbono. Quería conservar mi figura, y eso me llevó a hacer una dieta muy sana. Probablemente, eso propició que la enfermedad celiaca no se manifestara con demasiada fuerza en mí. Hasta que, como decía, volví a Estados Unidos y a desayunar cereales otra vez. Los tomaba porque tenían fibra…, pero también contenían gluten.

P. Estamos en los años 80 y 90, ¿nadie lograba dar con su enfermedad?

R. Nadie. Visité a los médicos más famosos de Nueva York; me hicieron muchísimas pruebas, algunas muy dolorosas, y no descubrían nada. "Usted no tiene nada", me decían una y otra vez, a pesar de que yo estaba cada vez más deteriorada. Hasta que, desesperada, me fui a la Clínica Mayo y dije que de allí no me movía hasta que alguien supiera decirme lo que me ocurría. Y lo que son las cosas: fue un médico hindú, de 32 años, quien me dijo: "Le han hecho todas las pruebas menos una".

P. Y, a partir de ahí, el diagnóstico…

R. Sí, me hicieron una endoscopia y confirmaron que era celiaca. Para mí fue un alivio, porque, teniendo en cuenta lo mal que me encontraba, yo ya pensaba que tenía algo gravísimo. Y, cuando me dijeron que lo único que tenía que hacer era seguir una dieta libre de gluten, me sentí feliz.

P. Entonces tenía usted 76 años…

R. Sí, por eso estoy convencida de que hay muchísimas personas paseándose por el mundo, con molestias y trastornos intestinales sin tener ni idea de que son celiacos. Yo creo que ahora la gente tiene mucha suerte, porque cada vez hay más especialistas que saben en qué consiste esta enfermedad. Aunque lo que ocurre es que saben verla en los niños, pero no se les pasa por la cabeza que una persona de 50, 60 o más años también pueda ser celiaca.

P. ¿De qué manera cambió su vida el tener ese diagnóstico ?

R. Por lo pronto, desaparecieron las diarreas, empecé a encontrarme estupendamente. Y me adapté rápidamente. Al fin y al cabo, mi dieta no era tan diferente, tan sólo tenía que suprimir algunas cosas.

P. ¿Y no se resintió su vida social?

R. En absoluto. No tengo ninguna paciencia con la gente que se queja de la celiaquía y dice que es difícil seguir esa dieta… ¡Si es muy fácil! Yo viajo muchísimo, salgo a restaurantes, hoteles, cenas en casas particulares o embajadas, y no tengo la menor dificultad. Si voy a una cena en una casa particular y veo que hay algún problema con el menú, pido que me hagan unos huevos revueltos o una ensalada de lechuga y tomate… No es complicado.

P. Pero sí poco glamouroso…

R. Eso es verdad. Resulta un poco violento estar en una cena formal y que el señor de al lado, al oírte preguntar al camarero si algo tiene o no gluten, te interrogue sobre qué te ocurre si comes gluten… Porque, claro, no le vas a decir que tienes diarreas…

P. ¿Y cómo lleva el día a día?

R. Es sencillísimo. En casa compramos harina sin gluten y hacemos el pan. En todas partes hay tiendas con productos aptos para celiacos; por ejemplo, cuando estoy en mi finca de Extremadura, compramos esos productos en Trujillo. Además, esta dieta es un seguro de salud…

P. ¿En qué sentido?

R. En que es una comida muy saludable y proporciona la posibilidad de comer cosas más sanas sin engordar. No es ninguna desgracia ser celiaca. Tengo 86 años y estoy sanísima, hago mucho ejercicio, salgo, viajo, y la celiaquía me ayuda a cuidarme. A cuidarme a mí… y a los de mi alrededor, porque en mi casa se come todo sin gluten. Incluso cuando doy una gran cena, mis invitados no se dan cuenta, pero toda la comida está libre de gluten.

P. Sí, la comida es muy sana, pero también muy cara…

R. Es más cara, es verdad, qué le vamos a hacer. Pero también es cierto que los productos caros son los específicos para celiacos, tipo galletas, tartas y cosas así. Cosas que no hacen más que engordar. Es preferible comer frutas, verduras, proteínas. Y, si se quieren comer cosas con harina, recomiendo hacerlas en casa.

P. ¿Ninguno de sus hijos es celiaco?

R. No. Tengo 13 nietos y no sería de extrañar que alguno lo fuera; de hecho, hay dos que despiertan en mí ciertas sospechas, pero no se quieren hacer las pruebas porque son molestas… Es curioso, yo me he hecho la endoscopia tres veces y no me ha pasado nada. Te aguantas y ya está. No consigo entender a la gente que se resiste a la prueba, porque es fundamental tener un diagnóstico.

P. ¿Qué le diría a las personas que descubren que ellas o sus hijos son celiacos?

R. Que no hay que asustarse, porque la celiaquía es casi una bendición: sabes que no vas a ser gordo y que vas a comer muy sano. No es una desgracia, en absoluto y, además, te hace disciplinado.

http://www.elmundo.es/magazine/2009/517/1250697887.html

sábado, 5 de septiembre de 2009

martes, 14 de julio de 2009

¿Es posible la integración digital?

Interesante reflexion de Neus Arqués en su blog http://www.manfatta.com/blog/

Inmigrantes digitales somos quienes hemos pasado una proporción significativa de nuestra vida en modo analógico. Llegamos a Internet, la nueva "gran manzana", con tics adquiridos en el off-line. ¿Podemos integrarnos?Me sorprende cómo la definición de la Real Academia se adapta a nuestra realidad. Así, como inmigrantes, somos naturales de un país que "llegamos a otro para establecernos en él, especialmente con idea de formar nuevas colonias o domiciliarnos en las ya formadas". La expresión "inmigrantes digitales" la acuña Marc Prensky como contraposición a los "nativos digitales". El propio autor resume aquí (en inglés) las diferencias entre unos y otros.La principal radica en el proceso de socialización. Nosotros inmigrantes hemos adquirido nuestra visión del mundo en un mundo sin Internet. Por eso a la hora de vivir on-line, mantenemos lo que Prensky denomina con acierto "un acento que delata nuestra procedencia": por ejemplo, señala, imprimir un borrador (en vez de editarlo directamente en pantalla), invitar al compañero a que venga a nuestro ordenador a ver un sitio web (en vez de mandarle la URL) o, en casos de "inmigración reciente", pedir a la secretaria que nos imprima los emails (y nos los entre junto con la correspondencia del día). La perla -y que levante la mano el inmigrante que no lo haya hecho nunca- es llamar por teléfono para comprobar si nuestro destinatario ha recibido el email que le enviamos.Y en esas estamos, operando en un entorno fluido y cambiante y sometidos a una doble presión: la de construirnos una identidad digital y la de mantenernos al día. Las reacciones que observo ante este escenario se organizan alrededor de dos extremos. Por un lado, el inmigrante que decide ser más nativo que los nativos y se apunta a cualquier plataforma, herramienta o comunidad, sin importarle que ese sea o no un espacio afin a sus intereses. En el otro extremo, el que reniega del 2.0 y recuerda que cualquier tiempo (analógico) pasado fue mejor. Curiosamente, un mismo usuario inmigrante puede pasar por ambos extremos, en función del éxito que obtenga en su empeño digital.Quizás podamos aprender aquí de los inmigrantes presenciales. Personalmente continuo pensando que en la Red nos movemos, igual que ellos, entre las ganas de integrarnos en este nuevo país que es Internet y la necesidad de preservar nuestras raíces analógicas como parte de quienes somos.


viernes, 19 de junio de 2009

Precio de venta al público del libro electrónico

Javier Celaya, alumbra sobre una de las preguntas recurrentes de los editores, ¿qué PVP debo de poner en el e-book?. Una vez más las respuestas están en el viento...

Autor: Javier Celaya
Aquellas editoriales que se empeñen en comercializar en la Red una simple versión digital de sus libros o revistas con un 20% de descuento, muy probablemente vean cómo será rechazada por el mercado.
FotoEl precio de venta al público de los libros, los periódicos y las revistas en cualquier formato digital será un factor determinante para fomentar la demanda de contenidos de pago en la Red.

Afortunadamente, esa idea extendida interesadamente por algunas empresas y creadores de opinión de que el único modelo de negocio viable en Internet se basaba en la gratuidad de los contenidos, mientras que los ingresos se obtendrán a través de la publicidad, está tocando fondo. A lo largo de los últimos años hemos visto cómo este modelo ha funcionado en unas pocas empresas, mientras que la industria creadora de contenidos ha obtenido escasos retornos.

No obstante, a las empresas de la industria discográfica les ha costado varios años entender las nuevas reglas del juego de la economía en Internet. Por empeñarse en mantener el mismo modelo de negocio con PVP similares o con descuentos mínimos, no sólo perdieron mucho dinero en el camino sino que además fomentaron indirectamente el mercado de las descargas ilegales. Afortunadamente, algunas empresas del sector discográfico han reaccionado y hoy en día el 20% de los ingresos obtenidos del sector proceden de descargas de pago (sí, de pago) de música a través de Internet. El sector editorial debería analizar los errores cometidos por el sector musical y los medios de comunicación (prensa escrita y revistas) para evitar cometer los mismos.



Para desarrollar el futuro mercado de contenidos digitales de pago hay que ofrecer a los consumidores una oferta atractiva en precio y servicios de valor añadido. Es cierto que los lectores deben entender que los costes de digitalización, distribución y promoción de cualquier tipo de contenidos en el mercado digital no son gratuitos o residuales como algunos piensan, pero también los profesionales del sector del libro deben asumir que los costes en mundo digital tampoco son similares al analógico.

Los costes y márgenes en la economía digital son radicalmente diferentes y por tanto el precio de venta al público de los contenidos digitales debería reflejar esta diferencia. Aquellas editoriales que se empeñen en comercializar en la Red una simple versión digital de sus libros o revistas con un 20% de descuento, ya sea en PDF o cualquier versión en lenguaje XML, muy probablemente se encuentren con que será rechazada por los consumidores. Las editoriales deben entender que el mercado digital es mucho más competitivo que el analógico dado que los lectores tienen acceso una cantidad impresionante de contenidos gratuitos de calidad, sí de calidad, generados por multitud de usuarios. En el mercado digital sólo podrán incrementar el PVP de los libros y las revistas electrónicas aquellas editoriales que ofrezcan a sus lectores una amplia gama de servicios de valor añadido por la compra de las versiones digitales de sus contenidos.

No obstante, en las últimas semanas se han puesto en marcha varias iniciativas en el mercado norteamericano que intentan mantener las variables del modelo de negocio analógico (precios, márgenes y enfoque oferta comercial) en la era digital. Por un lado, la plataforma de intercambio de documentos Scribd ha llegado a un acuerdo con varias editoriales para vender su ebooks a un 20% de descuento. Esta red social cuenta con más de 60 millones de usuarios mensuales que están acostumbrados a intercambiar y descargarse gratuitamente todo tipo de contenidos digitales. Veremos el caso que hacen a ese contenido de pago… Por otro lado, Google ofrece a los editores la posibilidad de comercializar sus libros electrónicos en su buscador de libros por encima del precio de venta público que fija Amazon: 9.99 dólares. Bienvenida sea la competencia, pero el sector editorial no debería entusiasmarse por la pugna estratégica entre Scribd y Google contra la posición dominante de Amazon, dado que los objetivos empresariales y el modelo de negocio de estas empresas en Internet (contenido gratuito, generación de tráfico e ingresos por publicidad online) no coinciden con los intereses del sector editorial.

El futuro modelo de negocio de las editoriales en Internet no se basa exclusivamente en la simple digitalización del contenido; la clave del éxito reside en la generación de servicios de valor añadido alrededor del mismo.

lunes, 8 de junio de 2009

Madrid rompe el mercado al ayudar a las empresas a comprar coches

Los concesionarios madrileños podrán matricular ellos mismos vehículos de alta gama y vendérselos luego a particulares de toda España a un precio menor

J. SÉRVULO GONZÁLEZ - Madrid
EL PAÍS - Economía - 04-06-2009

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dio ayer luz verde a sus ayudas para el sector de la automoción. La fórmula elegida, una devolución del 20% del impuesto de matriculación, beneficia sobre todo a los coches más caros y contaminantes, para los que la ayuda puede llegar a superar los 3.000 euros, mientras que deja al margen los modelos pequeños y ecológicos, exentos de dicho impuesto. Pero, además, la norma publicada ayer por el Gobierno de Aguirre permite que las empresas madrileñas sean beneficiarias de las ayudas, lo que puede hacer que Madrid atraiga las ventas de vehículos de alta gama de otras comunidades.

Los vehículos más contaminantes y de más valor tienen un impuesto de matriculación mayor y por tanto una deducción más alta. Por ejemplo, si compra un Seat Ibiza, el modelo más vendido en Madrid durante el mes de mayo, se ahorrará unos 114 euros con las ayudas de Aguirre. Por el contrario, si adquiere un Jaguar XKR, más contaminante, el ahorro supera los 2.500 euros. Ese gran descuento a los vehículos de alta gama -que no cuentan con ninguna ayuda ni del Gobierno central ni autonómica en las demás comunidades- los hará más atractivos en la Comunidad de Madrid. Los residentes de otras comunidades no pueden, en principio, beneficiarse de la ayuda de forma directa porque el impuesto se liquida en la provincia donde se tenga el domicilio fiscal. Pero la norma, publicada ayer por el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM), deja un resquicio para que las empresas que tengan sede en Madrid y delegaciones en el resto de España puedan beneficiarse de la ayuda madrileña y vender los vehículos en otra provincia. O, incluso, para pactar con un cliente de otra comunidad la compra del coche en concesionarios de Madrid. En ambos casos, a los concesionarios les bastaría con gestionar ellos mismos la matriculación en Madrid para ahorrarse el impuesto, dado que la norma incluye a las empresas entre las beneficiarias con un límite de 200.000 euros. El vicepresidente de la asociación de concesionarios Faconauto, Francisco Salazar Simpson, señala que el plan de Aguirre no está diseñado para hacer negocios. "Los concesionarios tienen que matricular los coches, buscar un vendedor para un vehículo determinado. No supone tanto dinero", sentencia. Otras fuentes del sector, sin embargo, señalan que es probable que se use esa operativa, especialmente cuando se trate de flotas de empresas. Si, por esa vía indirecta, la venta de vehículos a ciudadanos de fuera se extendiese, Madrid -pese a la deducción- aumentaría sus ingresos por impuesto de matriculación a costa de otras comunidades. El PP ha criticado agriamente que las diferentes regulaciones autonómicas rompen la unidad de mercado, y su presidente, Mariano Rajoy, ha propuesto crear una Comisión Nacional de la Unidad de Mercado. La asociación de fabricantes, Anfac, ha reclamado a las comunidades autónomas que las ayudas sean homogéneas en todo el territorio nacional y ha mostrado su apoyo al plan del Gobierno nacional. La propuesta del Ejecutivo consiste en una aportación de 500 euros por coche nuevo poco contaminante de menos de 30.000 euros, a cambio de entregar otro de más de 10 años de antigüedad. A eso hay que sumar otros 1.000 euros a costa de los fabricantes. Además, casi todas las comunidades autónomas completan estas ayudas directas con otros 500 euros para llegar a 2.000 euros por coche, aunque en ocasiones los requisitos son diferentes y varían las cuantías. Algunas comunidades, como Cataluña, no exigen para dar la ayuda que el beneficiario resida en Cataluña, sino que el coche se venda allí. En muchas, la ayuda se extiende a autónomos y pymes. El plan madrileño, en el que no hace falta entregar un coche viejo, se aplica a las ventas efectuadas entre el 29 de abril y el 31 de julio o hasta que se agoten los ocho millones de euros presupuestados, aunque cabe la posibilidad de extensión. El consejero de Economía de Madrid, Antonio Beteta, explicó los pormenores de la ayuda. "El concesionario será el encargado de remitir el formulario cumplimentado a la Dirección General de Industria, que remitirá una carta certificada al domicilio del comprador con un cheque nominativo con el importe".

Madrid rompe el mercado al ayudar a las empresas a comprar coches

Los concesionarios madrileños podrán matricular ellos mismos vehículos de alta gama y vendérselos luego a particulares de toda España a un precio menor

J. SÉRVULO GONZÁLEZ - Madrid
EL PAÍS - Economía - 04-06-2009

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, dio ayer luz verde a sus ayudas para el sector de la automoción. La fórmula elegida, una devolución del 20% del impuesto de matriculación, beneficia sobre todo a los coches más caros y contaminantes, para los que la ayuda puede llegar a superar los 3.000 euros, mientras que deja al margen los modelos pequeños y ecológicos, exentos de dicho impuesto. Pero, además, la norma publicada ayer por el Gobierno de Aguirre permite que las empresas madrileñas sean beneficiarias de las ayudas, lo que puede hacer que Madrid atraiga las ventas de vehículos de alta gama de otras comunidades.

Los vehículos más contaminantes y de más valor tienen un impuesto de matriculación mayor y por tanto una deducción más alta. Por ejemplo, si compra un Seat Ibiza, el modelo más vendido en Madrid durante el mes de mayo, se ahorrará unos 114 euros con las ayudas de Aguirre. Por el contrario, si adquiere un Jaguar XKR, más contaminante, el ahorro supera los 2.500 euros. Ese gran descuento a los vehículos de alta gama -que no cuentan con ninguna ayuda ni del Gobierno central ni autonómica en las demás comunidades- los hará más atractivos en la Comunidad de Madrid. Los residentes de otras comunidades no pueden, en principio, beneficiarse de la ayuda de forma directa porque el impuesto se liquida en la provincia donde se tenga el domicilio fiscal. Pero la norma, publicada ayer por el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM), deja un resquicio para que las empresas que tengan sede en Madrid y delegaciones en el resto de España puedan beneficiarse de la ayuda madrileña y vender los vehículos en otra provincia. O, incluso, para pactar con un cliente de otra comunidad la compra del coche en concesionarios de Madrid. En ambos casos, a los concesionarios les bastaría con gestionar ellos mismos la matriculación en Madrid para ahorrarse el impuesto, dado que la norma incluye a las empresas entre las beneficiarias con un límite de 200.000 euros. El vicepresidente de la asociación de concesionarios Faconauto, Francisco Salazar Simpson, señala que el plan de Aguirre no está diseñado para hacer negocios. "Los concesionarios tienen que matricular los coches, buscar un vendedor para un vehículo determinado. No supone tanto dinero", sentencia. Otras fuentes del sector, sin embargo, señalan que es probable que se use esa operativa, especialmente cuando se trate de flotas de empresas. Si, por esa vía indirecta, la venta de vehículos a ciudadanos de fuera se extendiese, Madrid -pese a la deducción- aumentaría sus ingresos por impuesto de matriculación a costa de otras comunidades. El PP ha criticado agriamente que las diferentes regulaciones autonómicas rompen la unidad de mercado, y su presidente, Mariano Rajoy, ha propuesto crear una Comisión Nacional de la Unidad de Mercado. La asociación de fabricantes, Anfac, ha reclamado a las comunidades autónomas que las ayudas sean homogéneas en todo el territorio nacional y ha mostrado su apoyo al plan del Gobierno nacional. La propuesta del Ejecutivo consiste en una aportación de 500 euros por coche nuevo poco contaminante de menos de 30.000 euros, a cambio de entregar otro de más de 10 años de antigüedad. A eso hay que sumar otros 1.000 euros a costa de los fabricantes. Además, casi todas las comunidades autónomas completan estas ayudas directas con otros 500 euros para llegar a 2.000 euros por coche, aunque en ocasiones los requisitos son diferentes y varían las cuantías. Algunas comunidades, como Cataluña, no exigen para dar la ayuda que el beneficiario resida en Cataluña, sino que el coche se venda allí. En muchas, la ayuda se extiende a autónomos y pymes. El plan madrileño, en el que no hace falta entregar un coche viejo, se aplica a las ventas efectuadas entre el 29 de abril y el 31 de julio o hasta que se agoten los ocho millones de euros presupuestados, aunque cabe la posibilidad de extensión. El consejero de Economía de Madrid, Antonio Beteta, explicó los pormenores de la ayuda. "El concesionario será el encargado de remitir el formulario cumplimentado a la Dirección General de Industria, que remitirá una carta certificada al domicilio del comprador con un cheque nominativo con el importe".

miércoles, 20 de mayo de 2009

Se duplica la impresión bajo demanda en EEUU

http://jamillan.com/librosybitios/blog/
20 mayo 2009 09:16
Según datos de Bowker, empresa dedicada a la información bibliográfica, la producción de nuevos títulos ha bajado en Estados Unidos: no mucho, un 3,2%: 275.232 frente a los 284.370 publicados en 2007.Al tiempo, la impresión bajo demanda (no incluida en las cifras anteriores) ha subido un 132%: se produjeron 285.394 títulos en esta modalidad en el 2008, frente a 123.276 títulos en el 2007. "Este es el segundo año de crecimiento de tres dígitos en el segmento On Demand, que en el 2008 fue del 462% sobre niveles tan recientes como los del 2006".Las estadísticas de Bowker agrupan los libros impresos bajo demanda y los de tiradas cortas, pero la tendencia general aparece clara: ya entran más libros bajo demanda que tradicionales en el mercado americano. ¿Qué significa esto? Para el vicepresidente de Bowker, algo muy claro:
Las estadísticas del año pasado no son sólo un indicador de que la industria ha disminuido los nuevos títulos que entran en el mercado, también inducen la reflexión de que los editores se están volviendo más listos y más estratégicos sobre los tipos específicos de libros que están escogiendo publicar.A propósito: las categorías de libros que han crecido más en EEUU han sido educación y negocios, y las perdedoras, viajes y ficción: ¿toda una alegoría de la crisis?El mercado español tiene un creciente número de títulos producidos bajo demanda (aunque no conozco ninguna estimación de su cifra), pero muchos de ellos no son reconocidos como tales ni por los libreros (que simplemente saben que piden un libro, y lo reciben) ni por los lectores (porque su calidad es estándar).

lunes, 18 de mayo de 2009

Si Gutenberg levantara la cabeza se pasaría al libro electrónico

NÚMERO ESPECIAL. NO ES SÓLO QUE AMAZON PRESENTE SU TERCER KINDLE O QUE YA HAYA VENDIDO MÁS DE UN MILLÓN DE 'E-BOOKS'; EN SEIS AÑOS SERÁ EL 50% DEL MERCADO EDITORIAL. LLEGA PARA QUEDARSE: SEPA CÓMO VAMOS A LEER EN LOS PRÓXIMOS AÑOS

ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS
[foto de la noticia]

Hace sólo tres meses, Amazon lanzó en Estados Unidos la segunda versión de su lector de libros electrónicos, Kindle. Aunque no se vende fuera el nombre suena también a este lado del Atlántico. Se ha convertido, después de todo, en el primer paso de un profundo cambio en un sector que permanecía casi inmutable desde que Gutenberg inventara la imprenta de tipos móviles.

Kindle tiene el tamaño de un libro de bolsillo, un grosor inferior al de un móvil y una pantalla de tinta electrónica. A diferencia de los ordenadores, esta tinta electrónica no cansa la vista. Cuando se muestra una página de texto cuesta creer que no está impresa con tinta real.

Amazon no ha comunicado el número total de Kindles vendidos desde la primera versión en noviembre de 2007 -podría estar cerca del millón-, pero en la última presentación de resultados han confesado que han «superado sus expectativas». Kindle no fue el primer dispositivo de tinta electrónica, pero su combinación con un servicio de descarga inalámbrica de libros y una biblioteca de más de 275.000 títulos lo convierten en el contrincante más serio, hasta el momento, del tradicional de papel. Ahora, en las novelas disponibles en ambos formatos dentro de la popular tienda virtual, la versión digital es el 34% de las ventas.

La semana pasada Amazon anunció un paso más: un Kindle dotado de una pantalla de mayor tamaño, 9,7 pulgadas en lugar de las seis del anterior. Kindle DX está enfocado a libros de texto y periódicos y debutará en varias universidades estadounidenses en otoño. El 'New York Times', el 'Boston Globe' y el 'Washington Post' lo usarán también para llegar a los lectores que no pueden recibir su edición de papel. Es un rayo de esperanza, sobre todo para los periódicos, que aún buscan la forma de sobrevivir en la era de la web. El lector electrónico descarga de forma automática las mismas noticias de la edición impresa durante la noche y puede mostrarlas en pantalla con diferentes diseños y distribuciones.

Mientras, en España, el libro electrónico ha dejado de ser un desconocido. «En 2008 el perfil era el del 'early adopter' (apasionados de la tecnología), pero estamos llegando al mercado del cliente residencial y el de los grandes lectores», comenta Juan González de la Cámara, fundador y director general de Grammata, que comercializa Papyre. El año pasado en nuestro país se vendieron unos 7.000 lectores, pero este año la compañía cree que el número podría aumentar hasta las 40.000 unidades, en parte gracias a los esfuerzos de los distribuidores por llevar el libro electrónico a las grandes superficies. En la actualidad se distribuyen en nuestro país siete lectores de tinta electrónica diferentes, con rangos de precio entre 300 y 600 euros.

El volumen es aún pequeño, pero en el foro 'E-book y edición digital: hacia una nueva cadena de valor del contenido', celebrado en Madrid la semana pasada, los responsables de la industria resumieron las posibilidades de crecimiento del mercado del libro electrónico en sólo dos datos: hoy, los 'e-books' suponen menos del 1% del mercado editorial. En 2015, podría llegar a ser el 50%.

Al de papel le quedan aún muchos defensores -y tendrá asegurada su supervivencia, aunque sea como objeto de coleccionismo-, pero el libro electrónico convence al usuario por varias ventajas, entre ellas el peso, la posibilidad de cambiar y adaptar la fuente de la pantalla y el precio, ya que las ediciones electrónicas, por lo general, se mantienen por debajo de los 10 euros -a cambio, el usuario debe desembolsar como mínimo 300 euros para hacerse con un lector digital-.

El único freno para su implantación es la inercia de la propia industria, volcada en el modelo de negocio tradicional. «Las librerías lo ven como una amenaza, no venden libros electrónicos y las editoriales no publican sus obras en versión digital», señala González de la Cámara. Mientras que en el catálogo de Amazon o en tiendas similares promovidas por otras compañías, como Sony, los libros se cuentan por cientos de miles, en España, el usuario tiene que rebuscar en la Red para encontrar algo con lo que llenar el lector. Cervantes Virtual o Google Reader proveen de obras clásicas cuyos derechos de autor han vencido, pero pocas editoriales se atreven a vender a sus grandes autores contemporáneos en formato digital.

CARMEN BALCELLS. La única gran excepción, por ahora, ha sido la editora Carmen Balcells, responsable de las obras de Juan Marsé, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, entre otros. Desde el pasado mes de febrero, sus títulos están disponibles a través del portal Leer-e a un precio inferior a cinco euros.

En defensa de los rezagados hay que decir que el mercado del libro electrónico adolece aún de la falta de estándares. Hay cerca de 24 formatos diferentes de publicación, desde el TXT al HTML pasando por el PDF, y aunque se ha intentado apostar por un tipo de archivo abierto y común, un «mp3 de los libros», las grandes compañías como Amazon o So ny a menudo prefieren ir por libre o favorecer sus formatos propietarios. Digitalizar el catálogo de una editorial y organizar los libros para la distribución no es una tarea sencilla y requiere de una inversión importante. Y muchas están esperando a que pase el temporal de la crisis y a que la demanda madure, antes de lanzarse al mercado del 'e-book'.

Resistirse a entrar en esta nueva forma de distribución, sin embargo, puede ser un gran error a medio plazo. Javier Celaya, fundador de Dosdoce.com, cree que cuanto más tarden los editores y libreros en incorporarse al negocio del libro electrónico más les costará desprenderse de la piratería y el intrusismo.

Es un problema que ya empiezan a notar algunas compañías. Las redes P2P se llenan con manuales y 'best sellers', conseguidos a partir de una edición digital o escaneados por los propios usuarios. David Young, presidente de Hachette Book Group, señala que se trata de un problema exponencial y que se convertirá en un quebradero de cabeza para las editoriales.

Al igual que ha ocurrido con las discográficas y la industria cinematográfica, la digitalización facilita la distribución a través de canales no autorizados y como en el caso de la música y el cine, la digitalización trae una completa reestructuración del negocio y un cambio en el equilibrio de poder. Dentro de 10 años seguirán existiendo autores y lectores, es la conexión entre estos dos elementos la que se empieza a ensayar ahora, sin papel y sin tinta.

viernes, 27 de febrero de 2009

SOBRE ELECCIONES Y CAMBIOS EN EUSKADI

Airear la casa del padre
27Febrero2009 convalor — @ 07:15 Tags:
Muchas son las voces que reclaman, cada vez con mayor decisión, un cambio en la política del País Vasco. Cambio de personas, de políticas, y sobre todo, de modos de hacer. Se extiende la percepción de que hay un tiempo que se acaba y de que es conveniente, incluso necesario, dar paso a nuevas ideas y energías. Para quienes así pensamos, no es admisible que la retórica política siga mordiéndose su propia cola, y continúe girando indefinidamente en torno a problemas no resueltos o, quizás, algunos, irresolubles, en un ejercicio permanente de frustración y de enfrentamiento artificialmente alimentado.
En los ámbitos culturales, como no podía ser de otra manera, se palpan también estos deseos de forma tangible. Son, seguramente, las nuevas generaciones las que con más claridad no se reconocen en los discursos agónicos ni en los autocomplacientes. Las personas jóvenes que apuestan por la creación demandan un país normal en el que poder desarrollar sus proyectos de futuro.
Poder convivir y crear en una sociedad abierta, rica en diferencias y matices, moderna e integradora, sin que los espectros del pasado se empeñen, una y otra vez, en imponer su presencia.
La Plataforma Cultura Abierta es una de las expresiones de estos sentimientos de cambio y libertad. La formamos un grupo de personas que trabajamos en distintos ámbitos culturales:gente de la escena, del libro, del cine, de la gestión cultural, artistas... Personas independientes, con diversas trayectorias, a las que nos une un diagnóstico compartido: es preciso construir otra cultura política desde mayores cotas de libertad, democracia, transparencia y respeto profundo a la diversidad de ideas y sentimientos que conviven en nuestra sociedad.
Las vallas que cercan la libertad personal y de creación son hoy de diversa naturaleza. Unas, obvias: la violencia fanática extrema contra el que piensa y actúa de manera incorrecta; otras, mucho más sutiles: las que llevan, discretamente, a hacer invisible al que no sigue la tendencia dominante e incluso peor, la auto-limitación para no llamar la atención de los árbitros que determinan cómo debe pensar un buen vasco. Muros de cristal, por lo tanto, no siempre evidentes.
Con el paso de los años, se han tejido demasiadas construcciones simbólicas sobre nuestra identidad colectiva, demasiados valores, supuestamente compartidos, no sometidos a crítica, porque no ha existido un ambiente propicio para hacerlo. Ha llegado el momento de que un aire fresco ventile la vieja casa del padre, que es la de todos, para volver a habitarla y vivirla, antes de que se convierta en un eco-museo, objeto nostálgico de culto a viejas vigas corroídas.
Se argumentará que se ha dado un gran salto cultural, que se ha construido mucho en estos últimos treinta años. Es cierto, veníamos de la nada. Hay una Euskadi satisfecha ante la imagen que le devuelve el espejo particular en el que se mira. Se ha tomado al pie de la letra la consigna de construir país, y ha hecho acopio de cemento. Se han edificado museos, palacios de congresos, salas de exposiciones, teatros públicos, centros culturales. Eran necesarios, pero el balance es menos optimista cuanto se analiza lo que realmente producimos y la precariedad en la que se desenvuelven buena parte de nuestros creadores. Al menos, los que han decidido permanecer entre nosotros.
El cambio que deseamos es una ventana abierta a otros paisajes, un territorio de expectativas por materializar, y ha de hacerse liberando todas las energías creativas, porque se construye para toda la ciudadanía vasca. No es un ajuste de cuentas rencoroso con el pasado, sino un acuerdo para dar un salto hacia delante. Del cambio esperamos una nueva administración cultural que enmiende errores, pero no en el sentido de asentar nuevos dirigismos de otro signo, sino que sea capaz de crear las condiciones que permitan expresarse a todos los individuos y grupos que componen la sociedad. El cambio cultural no ha de consistir en la promoción de una noción específica de la cultura con sus productos o contenidos concretos, sino en la regulación de un espacio abierto de oportunidades y la garantía de que ese espacio no puede ser objeto de cierres ideológicos o de ninguna otra manipulación hegemónica, ni por razones estéticas, idiomáticas, de género, de procedencia o de pensamiento.
Hay mucho por hacer. La acción cultural pública está dispersa entre instituciones de distinto rango -Gobierno, Diputaciones, Municipios- que, en ocasiones, compiten entre sí en la búsqueda de un protagonismo que dilapida recursos y mira poco por los intereses de la ciudadanía. Establecer criterios sensatos sobre lo que a cada cual le corresponde y ponerse de acuerdo en lo común, sería un gran avance.
En el País Vasco se crea en euskera y en castellano. El apoyo a la creación ha de tener en cuenta ambas realidades. Tenemos que paliar un déficit de creación artística y, en sentido amplio, cultural. Paradójicamente, el nacionalismo gobernante no ha querido o no ha sabido mimar lo propio. Basta mirar los contenidos que se exhiben en los grandes equipamientos que se han construido. Una política cultural democrática exige igualdad de oportunidades, integración, atender a lo emergente y experimental, propiciar el desarrollo del talento y la creatividad, cooperar con las iniciativas ciudadanas, apoyar a las personas y colectivos locales con inquietudes para que puedan materializarlas. Al mismo tiempo, integrar y aprender de quienes vienen de fuera y mirar hacia el exterior sin complejos. Salir de la trinchera y tejer alianzas. Nos falta contraste, ser un país más abierto que haga de su producción cultural su mejor tarjeta de visita.
En esta tarea no sobra nadie. Hacen falta la acción institucional, la iniciativa ciudadana y la implicación de las industrias culturales y en particular, la de los medios de comunicación. El Grupo EiTB tiene una especial responsabilidad a la hora de afrontar el cambio. Habrá de ser un referente de la pluralidad de la vida democrática, de la cultura, de la creación audiovisual del país. Pero su papel supera ampliamente lo cultural. Por ello: ¿no sería conveniente que su presupuesto dejase de depender de la Consejería de Cultura? Quedaría más claro cuál es, realmente, la inversión que el Gobierno Vasco destina a la cultura.
El cambio cultural que reclamamos no es un traje hecho a la medida de artistas y profesionales de la cultura. El concepto de cultura es inseparable de la sociedad, de la ciudadanía. Un cambio cultural profundo afecta a nuestras relaciones sociales: ha de ser un proceso que admita diferentes maneras de pensar, distintos relatos sobre la comunidad que formamos, un cambio que fomente la convivencia en paz. El cambio que queremos no elimina las diferencias, no es un escenario idílico, será contradictorio, pero nos va a servir para encauzar nuestras diferencias y conflictos mediante un compromiso permanente de diálogo, de negociación y de acuerdo.
Creemos que los cambios verdaderamente importantes es mejor hacerlos cuanto antes.

miércoles, 28 de enero de 2009

El Tribunal Supremo decide que no se puede objetar a Ciudadanía

El Tribunal Supremo decide que no se puede objetar a Ciudadanía

La Sala de lo Contencioso establece por 22 votos contra 7 que la asignatura no vulnera el derecho de los padres a que sus hijos reciban la educación religiosa y moral que deseen

ELPAÍS.com / AGENCIAS - Madrid - 28/01/2009

Tras dos días y medio de deliberaciones, el Pleno de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo (TS) ha decidido por 22 votos a favor y 7 en contra que no es posible acogerse al derecho a la objeción de conciencia para Educación para la Ciudadanía (EpC), confirmado así la obligatoriedad de la asignatura, informa Julio M. Lázaro. El Supremo ha fallado sobre los recursos de casación presentados contra la sentencia del Tribunal Superior de Andalucía, que reconocía el derecho de los padres a la objeción de conciencia, sin necesidad de detallar en qué puntos estaban en desacuerdo con la asignatura, y las del Tribunal Superior de Asturias, que desestimaron la objeción porque los padres demandantes no concretaron en qué puntos estaban en desacuerdo. "El Pleno de la Sala ha llegado a la conclusión de que en los casos presentados no existe el derecho a la objeción de conciencia y asimismo ha establecido que los decretos examinados, ambos referentes a la Educación Secundaria, por sí mismos no alcanzan a lesionar el derecho fundamental de los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones", señala el Supremo en un comunicado.

Desde el pasado lunes, cuando se iniciaron las deliberaciones, los magistrados han acumulado más de 20 horas de debate, porque tales deliberaciones desbordaron el marco inicial (la discusión sobre los citados recursos) y se amplió el campo: el Pleno, integrado por 30 magistrados (aunque uno de ellos no ha estado presente en la votación por motivos médicos) no sólo ha debatido si era posible la objeción de conciencia a la asignatura, sino también si los contenidos de ésta vulneraban el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones, según reza el artículo 27.3 de la Constitución.

El pronunciamiento del TS unifica la jurisprudencia respecto a esta cuestión, que ha generado centenares de causas judiciales y sentencias dispares en los tribunales autonómicos.

En febrero de 2008 el Tribunal Superior de Justicia de Asturias desestimó en tres fallos similares la pretensión de varios padres de que la Consejería de Educación admitiera la objeción como parte de los derechos constitucionales de libertad religiosa e ideológica. El tribunal precisó que se desconocía el contenido de la materia a la que se oponían las familias y, por tanto, las enseñanzas concretas que pudieran ser contrarias a la libertad ideológica. "Resulta patente que el mero enunciado de una determinada asignatura no afecta a derecho fundamental alguno", argumentó el TSJ de Asturias. Aún más, consideró que el planteamiento general de EpC recogido en la Ley Orgánica de Educación "no puede suscitar duda alguna sobre su constitucionalidad". Por ello, "no cabe impugnar genéricamente las asignaturas relativas a Educación para la Ciudadanía como contrarias al derecho de libertad ideológica", ya que "sólo cabe invocar el referido derecho fundamental en relación con el caso concreto en que se desarrollan las citadas enseñanzas".

Por el contrario, el TSJ de Andalucía resolvió un mes después a favor de unos padres a los que la Junta había denegado la objeción para un hijo. La familia argumentó que EpC vulneraba sus derechos fundamentales "a educar a los hijos en la formación religiosa y moral conforme con sus propias convicciones y a la libertad ideológica y religiosa", según la Constitución. Sobre los Reales Decretos que fijan los mínimos de EpC, el tribunal andaluz entendió que emplean conceptos de "indudable trascendencia ideológica y religiosa, como son ética, conciencia moral y cívica, valoración ética, valores o conflictos sociales y morales". Ante esta situación, el tribunal creyó "razonable que los demandantes, por razones filosóficas o religiosas (...), pueden estar en desacuerdo con parte de la asignatura, y lógico que soliciten que se excluya de ella a su hijo". El tribunal andaluz, que fundamentó la sentencia en la jurisprudencia de los tribunales Constitucional, Supremo y Europeo de Derechos Humanos, añadió que la objeción de conciencia es "directamente aplicable" aunque no hubiera sido regulada legislativamente.

En los próximos días, el Supremo dará a conocer la sentencia, previsiblemente con los siete votos particulares, que confirma las tres resoluciones del TSJ de Asturias y revoca la adoptada por el TSJ de Andalucía. Ciudadanos contrarios a la asignatura han anunciado que presentarán un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional para la suspensión cautelar de la obligatoriedad de cursar la materia. Tampoco descartan acudir al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.